Nuestros mejores hoteles en Londres

London es sinónimo de un inagotable número de atracciones. La metrópolis mundial alberga la Torre de Londres, la noria London Eye y el Big Ben. Joven, punk, noble y creativa; la ciudad a orillas del río Támesis es multifacética. Hoteles con estilo victoriano y clásicos salones de té caracterizan su lado más tradicional; el Palacio de Buckingham le da un acabado de la realeza. Quienes deseen relajarse pueden salir a correr en el Hyde Park o curiosear en los mercados de libros de Notting Hill. Aquellos que prefieran salir de noche cuentan con una gran cantidad de pubs en el distrito de Chelsea, mientras que los que opten por el lujo pueden disfrutar de un día de compras en el centro comercial Harrods.

Hoteles en Londres

Hoteles en Londres © citizenM London Bankside

La capital de Inglaterra es, sin dudas, el destino perfecto para una escapada. Las atracciones más conocidas de Londres, como el Tower Bridge (Puente de la Torre), el Palacio de Buckingham y la noria London Eye, hacen que sea muy fácil elegir esta ciudad como próximo destino. La hora del té y las discotecas, el estilo real y el estilo punk, hacer negocios y disfrutar de la vida nocturna: todo aquello que parecería incompatible en otros lugares, se conjuga perfectamente en Londres. Ya sea que hablemos de modas extravagantes, nuevas tendencias musicales, tesoros artísticos únicos o cocina fusión, esta ciudad se asemeja a una caja de sorpresas y ofrece algo para todos los gustos. Solo una palabra describe a la ciudad de Londres: extraordinaria. Esta es la cuna mundial de las nuevas tendencias.

Un vistazo a los distritos más importantes

La ciudad de Londres: corazón histórico, distrito financiero y sede bancaria

La Ciudad de Londres se sitúa entre la carretera Long Lane que limita con Smithfield y el río Támesis. Aquí es donde late el corazón histórico de la ciudad. Entre los atractivos turísticos más populares se encuentran hitos como la fortaleza de la Torre de Londres (donde se pueden ver las joyas de la corona), la Catedral de San Pablo y el Banco de Inglaterra. Los edificios vidriados de las compañías financieras y de seguros reflejan el espíritu del conocido lema Business as usual, la expresión de un estilo de vida que logramos descubrir en su totalidad al toparnos con londinenses adinerados a la hora del almuerzo.

Los clásicos de siempre: La Square Mile, como llaman los londinenses a su ciudad, tiene una superficie total de alrededor de una milla cuadrada. Muchas de sus atracciones más destacadas son accesibles a pie, por ejemplo: la fortaleza de la Torre de Londres, que se encuentra muy bien conservada y funcionó como residencia real hasta el siglo XVII; o la Catedral de San Pablo, en cuya cripta descansan grandes personalidades de Inglaterra. En las cercanías de la estación de metro se concentra el centro financiero y bursátil de la ciudad, donde reina el ajetreo citadino durante los días de semana. Allí puede visitarse el edificio Lloyd’s, sede de la famosa compañía de seguros y una obra de arte arquitectónica admirable. Los Reales Tribunales de Justicia, ubicados sobre la calle Fleet Street, sirven de puente hacia el distrito gubernamental de Westminster.

Museos y galerías: El Museo de Londres muestra la historia de una ciudad en constante evolución. Otro atractivo imperdible son las Joyas de la Corona, expuestas en la Torre de Londres. Paseando en dirección a Westminster se puede visitar la Somerset House, en la que se encuentra la Galería Courtald, o también el curioso Museo de Sir John Soane, ubicado en la morada del reconocido arquitecto, que falleció en el S. XIX (cerca de la estación de metro Holborn).

Cena con los banqueros: Muchos de los restaurantes en el distrito bancario permanecen cerrados durante los fines de semana. Sin embargo, durante la semana aquí pueden digerirse la última cotización del día. La cocina es internacional: pueden saborearse platos tailandeses e indios, pasando por la gastronomía francesa e italiana y hasta deleites vegetarianos. Por supuesto que no falta una gran variedad de pubs (Shaw’s Booksellers) en los que los corredores de seguros calculan riesgos y tasas mientras disfrutan de platos británicos tradicionales.

Manjares en el mercado: En las arcadas victorianas del Mercado Leadenhall es fácil ver quiénes han llegado lejos. El típico londinense saborea su sándwich de pollo con especias (Jerk Chicken) o compra un queso Stilton azul en el puesto de quesos. Hombres rondando los cincuenta años en sus impecables trajes confían a los lustradores sus zapatos para lograr una imagen apropiada para la hora del almuerzo en el Brokers Wine Bar & Restaurant.

Westminster: residencia real, recorridos y puntos turísticos

El centro político se une con el suroeste de la city londinense, es así que los turistas llegan en grandes masas a Westminster. Lugares conocidos a nivel mundial como el Palacio de Buckingham (sede de la familia real), la calle Downing Street Nº 10 (sede administrativa del Primer Ministro), la Abadía de Westminster (lugar de coronación de los reyes ingleses) y el Big Ben como símbolo de Londres, son característicos de la visita turística a la ciudad. También son muy conocidos los musicales del West End y el ambiente nocturno que les acompaña. Quien desee tener la escena teatral frente a la puerta de casa, sencillamente debe hacer su reserva en el Hotel Radisson Blu Edwardian, Mercer Street, que se encuentra en pleno distrito Covent Garden.

Visita al distrito gubernamental: La atracción principal de este distrito es, por supuesto, el Palacio de Buckingham y su estatua dorada del monumento a la Reina Victoria. Aquellos que se encuentren frente al Palacio a la hora indicada (11.30h) podrán apreciar en primera persona la espectacular ceremonia del Cambio de Guardia real. Los turistas que hayan olvidado reservarlo con anticipación tendrán que apresurarse para conseguir un lugar en las visitas guiadas: Durante los meses de verano algunas habitaciones internas, así como las Caballerías Reales, se encuentran abiertos al público. No es posible visitar el Big Ben por dentro, sin embargo, vale la pena tomarse el tiempo para escuchar las campanas de 13,5 toneladas que suenan por cada hora completa; muchos creen que “tocan” un aria de Händel. Un consejo para la foto del recuerdo: Desde el Puente de Westminster puede tomarse una fotografía panorámica tipo postal del Big Ben y las Casas del Parlamento.

Vista desde las alturas: Sobre la orilla del río Támesis hay un atractivo turístico que originalmente había sido ideado por tiempo limitado para la celebración del milenio. Sin embargo, debido a que ganó gran popularidad, la noria London Eye logró quedarse. Con una altura de 135 metros, ésta es la noria más grande de toda Europa. Dentro de sus 25 góndolas, que ofrecen una vista fabulosa de la ciudad de Londres, algunos aprietan la nariz contra el cristal, mientras que otros –un poco mareados– cierran los ojos y suspiran.

La hora del té en el parque: En el claustro de la Abadía de Westminster se encuentra un pequeño café. Sentados sobre los cojines de terciopelo bajo los arcos de arquitectura gótica es posible impregnarse de la atmósfera que ofrece la Iglesia de la coronación real. Quien prefiera desayunar o cenar sentado en áreas verdes debe dirigirse al restaurante Inn the Park, y llevar consigo una billetera bien abultada. Idílicamente, el restaurante se encuentra en medio del St. James Park. Esto también tiene su precio.

Grandes obras de arte: Público boquiabierto en la Galería de la Reina (The Queen’s Gallery) del Palacio de Buckingham. Turistas en búsqueda de cultura –y también algunos despistados¬– se detienen fascinados ante las obras de arte de grandes maestros como Rembrandt y Miguel Ángel. Las distintas exposiciones muestran obras de la colección real de arte que cambia periódicamente. A dos estaciones de metro (en Southwalk) la Galería Tate de arte británica muestra creaciones de los artistas británicos de quinientos años atrás.

Dormir con estilo: La ciudad de Westminster tiene, además de una gran oferta de atractivos turísticos, opciones de alojamiento excepcionales. El San Domenico House Hotel, de ambiente pacífico y nostálgico, con un estilo romántico-victoriano, se sitúa exactamente entre del Palacio de Buckingham y el moderno Chelsea. Muy cerca se encuentra también el elegante Boutique Hotel Eccleston Square.

Kensington: templo gourmet, suntuosidad y pulmón verde

Sin preocuparse demasiado por los altos precios inmobiliarios, los residentes de este distrito ocupan las bellas fachadas de la época victoriana. En Kensington viven quienes poseen altos ingresos, son prominentes, ricos y atractivos –como puede percibirse en atracciones especiales como el clásico centro comercial Harrods y la gastronomía de primera, donde el público es, por supuesto, muy adinerado–. Adyacente a éste: el Hyde Park, pulmón verde de Londres. Considerado el parque más grande de Londres, funciona como un espacio para relajarse, ir de picnic y disfrutar de los conciertos de pop y rock durante el verano.

Deportes y relax al aire libre: Los londinenses que se preocupan por su salud y que, además, pueden costearlo, viven en el distrito de Kensington y salen a correr. El Hyde Park, el parque más grande de Londres y una de las superficies verdes de ciudad más grandes del mundo, tiene una superficie total de 2,5 kilómetros cuadrados (contando los jardines reales al oeste). En el centro se encuentra La Serpentina, un lago artificial en el que se conjugan los paseos en bote y el entrenamiento de los nadadores. También hay una piscina descubierta con cafetería (Lido), un camino de herradura para hacer cabalgatas, servicios de alquiler de tumbonas y muchos árboles bajo los que los locales extienden sus mantas de picnic y los turistas dan un respiro a sus pies cansados.

Memorias de Lady Di: El Palacio de Kensington, la última residencia de la princesa que falleció en un accidente, aún recibe visitantes que honran su memoria con fotos y flores. Así mismo, se construyó un enorme puente en memoria de Lady Di (el Princess Diana Memorial Fountain).

Museos: Tanto los amantes de la cultura como los sedientos de conocimiento obtendrán lo que están buscando en el distrito de Kensington. Entre el museo más grande del mundo dedicado al arte y al diseño (Victoria and Albert Museum), y el Museo de Historia Natural que explica el surgimiento del planeta Tierra y el Museo de la Ciencia que se adentra en la historia de la técnica, llega a cubrirse un amplio espectro de intereses.

Compras de lujo: El famoso centro comercial Harrods, que no pasa desapercibido por los turistas, es donde la reina hace sus compras (claro que durante su horario personalizado). Aquí se ofrece una gran variedad de objetos en sus más variadas presentaciones, sencillamente hay de todo. Sin embargo, quien quiera ingresar usando traje de baño o cargando con tres mochilas puede que tenga inconvenientes ya que el personal de seguridad se encarga también de mantener una imagen apropiada.

Tour gourmet: Los mejores restaurantes se encuentran en los alrededores de las calles Kensington Square y Brompton Road. El Biendum Oyster Bar en la Michelin House (un espectáculo arquitectónico sobre la calle Brompton Road) ofrece una cocina de primera calidad. En las cercanías (Thurloe Place) se puede visitar el Kulu Kulu, un Sushi-Bar original, en donde el Sashimi y el Nigri son llevados por una cinta transportadora dentro del restaurante como lo hacen en Japón. Por último, se pueden visitar otros restaurantes internacionales, el restaurante indio “Zaika”, por ejemplo (sobre la calle Kensington Road).

Chelsea: joven cuna de tendencias, tiendas de diseño y zona de galerías

Un pueblo de pescadores en sus principios, marcado luego por la impronta de poetas e intelectuales del siglo XVIII y la influencia punk, new wave y vanguardista (Vivienne Westwood) de los ‘80. Aún se mantiene la calle King’s Road como arteria comercial legendaria, donde hoy reina el gusto refinado. En Chelsea dominan las galerías y las tiendas de diseño, pero también los cafés, restaurantes y pubs (Chelsea Potter, Babushka).

Joven y escénico: Deambular por las calles, entrar a un pub acogedor, empaparse de la vida londinense: Chelsea es un barrio en el que uno puede dejarse llevar. El nivel de precios se ve influenciado por el distrito vecino de South Kensington, aunque no llega a ser tan caro. Los jóvenes de Chelsea lucen un estilo deportivo West End: algunos peinan su cabello con un tupé, evidenciando las últimas décadas de las que no pudieron disfrutar por sí mismos, ya sea rock’n roll, wave, punk o vanguardia. Mick Jagger y Keith Richards también vivieron sobre la calle Cheyne Walk, que se extiende a lo largo del río Támesis. Otra gran influencia en el distrito ha sido el club de fútbol profesional FC Chelsea (Londres).

Ir de compras: La King’s Road está liderada por creadores de tendencias, aun cuando la era de la moda provocativa ya haya pasado a la historia. Aquí fue donde la diseñadora top Vivienne Westwood, expareja de la leyenda del punk Malcom McLaren (Manager de los Sex Pistols), inauguró una de sus primeras tiendas.

Arte contemporáneo: Sobre la King’s Road, cerca de la estación de metro Sloan Square, un coleccionista de arte apasionado permite al público apreciar sus tesoros. La Galería Saatchi recibe anualmente alrededor de 600 000 personas y 1 000 grupos escolares que visitan sus distintas salas con exposiciones cambiantes de instalaciones, esculturas y pinturas.

Clerkenwell: el distrito de la moda, los clubs y lofts

Los productores de medios, publicistas y diseñadores han descubierto este distrito para sí, antiguamente habitado por inmigrantes y la clase trabajadora. Clerkenwell es hoy uno de los distritos más exclusivos de la ciudad. En el mercado descubierto de Smithfield, los londinenses abiertos a lo nuevo pueden disfrutar de la cocina internacional. Para los amantes de la cultura: el Museo de Charles Dickens es un imperdible (en la 48 Doughty Street).

Distrito obrero para personas de altos ingresos: Un loft en Clerkenwell es la máxima tendencia entre los jóvenes londinenses. Para los creativos, la imagen industrial de los antiguos edificios fabriles resulta un elemento estético ideal; y así es como el aspecto general del distrito se renueva. Hay mucho por descubrir si salimos a dar un paseo: fachadas extravagantes, cafés exclusivos y diseños modernos junto a muros en ruinas.

Bares de moda & party: Los entendidos saben dónde encontrar los restaurantes de Fish-and-Chips en Clerkenwell (Golden Fish Bar, Fish Central). La conjugación de diversos contrastes en el vecindario lo ha llevado a crear una gastronomía propia que refleja el estilo de vida de sus nuevos residentes a través de sus precios. La vida nocturna no se queda atrás: En el Club Aquarium hay una piscina para sus clientes (incluye socorrista, afortunadamente). Por su parte, Fabric es un salón de baile que –como podremos imaginar– está ubicado en una vieja fábrica industrial.

Charles Dickens: Aquí también pueden seguirse las huellas del autor: Gran parte de sus obras, entre ellas “Oliver Twist”, han sido escritas en la Casa Museo de Dickens; donde pueden apreciarse manuscritos y otros objetos personales del autor.

Bloomsbury: distrito universitario, cultural y turístico

Sencillamente por alojar en sus calles al Museo Británico –uno de los atractivos más importantes en Gran Bretaña por sus tesoros culturales provenientes de todas partes del mundo–, Bloomsbury no puede faltar en una visita a Londres. Además, este distrito es sede universitaria y ofrece peculiaridades como la British Library (Biblioteca Británica) o el andén 9 y ¾ de los libros de Harry Potter (Estación King’s Cross).

Museo nacional: Recibe casi 5 millones de visitas por año: el Museo Británico es uno de los puntos turísticos más importantes de Londres y uno de los museos nacionales más grandes a nivel mundial. El mismo edificio, que combina una fachada histórica y una estructura de cristales de estilo futurístico, ya resulta impresionante. En las salas de exposición, diversos tesoros culturales provenientes de cada continente y diferentes épocas (por ejemplo, las momias egipcias) esperan ser descubiertos. La entrada es gratuita (exceptuando exposiciones y eventos especiales).

Estaciones con historia: Las estaciones de ferrocarriles vecinas: St. Pancras y King’s Cross, que hoy día funcionan como estaciones de metro, son monumentos dignos de visitar cuyo aspecto se asemeja a una iglesia. Dentro de la estación King’s Cross se encuentra el andén 9 y ¾, el portal al mundo mágico creado por la autora Joanne K. Rowling.

Vida de estudiantes y museo de cera: Por sí mismo, Bloomsbury es un distrito más bien poco llamativo, con impronta intelectual y en gran parte ocupado por distintos edificios universitarios. Sin embargo, la dinámica vida estudiantil se desenvuelve aún más en otros vecindarios (por ejemplo, Camden). Mientras que el Regent’s Park, un poco hacia el norte, se ofrece como el lugar perfecto para una agradable caminata; en el barrio Marylebone –hacia el oeste– nos espera con una atracción para turistas: en el museo de cera Madame Tussauds, los visitantes pueden sacarse fotos junto a figuras famosas como Bob Geldorf, Charlie Chaplin, entre otros. El Museo de Sherlock Holmes también se encuentra a pocos pasos.

Mayfair / St. James’s: compras de lujo, subastas y distinguidos hoteles

Al sur de la calle Oxford Street y la plaza Picadilly Circus reina el lujo. La “high society” hace sus compras en templos gourmet (Fortnum & Mason) y distinguidas boutiques (Stella Mc Cartney) o compra bienes por millones en la casa de subastas Sotheby’s. Los hoteles en ambos distritos son únicos, influenciados también por sus cercanías al “vecino” Palacio de Buckingham. En el St. James podemos encontrar la Trafalgar Square, una de las plazas más importantes y, para muchos, el punto central de Londres.

Compras de lujo y puntos turísticos: la Trafalgar Square (estación de metro Charing Cross) es el punto de partida ideal para dar un paseo por el “verdadero” centro de Londres y ofrece, al mismo tiempo, un atractivo cultural (la National Gallery). La calle Pall Mall nos lleva a St. James‘s. Aquí se puede doblar a la izquierda para disfrutar de un poco de verde (St. James’s Park) o continuar hasta el distrito Mayfair, donde se puede percibir cómo se conjuga la nobleza de ambos barrios. Sobre las calles Old- y New-Bond Street se sitúan las Boutiques de grandes marcas de moda como Yves Saint-Laurent, Burberry, Prada y Louis Vuitton, y exclusivas joyerías como Tiffany y Cartier. Así mismo, sobre este magnífico bulevar podremos encontrar la famosa casa de subastas Sotheby’s.

Arte y música clásica: Los amantes de la música clásica no deben pasar por alto la Casa-Museo de Händel. Este lugar, que alguna vez fue el hogar del famoso compositor, ha sido reconstruido y ahora puede visitarse. Por la noche puede verse a una audiencia embelesada escuchando la música en vivo de solistas y cuartetos. Quienes deseen, pueden deleitarse con el arte contemporáneo en la Real Academia de Artes; mientras que los simpatizantes de la tecnología pueden visitar el Museo Faraday, nombre que se le dio en honor al físico que creó la jaula de Faraday.

Soho / Covent Garden: vida nocturna, cultura callejera y ambiente gay

Para los trasnochadores, Soho es uno de los sitios indicados. Incontables discotecas, clubs, cines, teatros, el ambiente gay, el barrio rojo; todo tiene un lugar aquí. También hay lugar para quienes se deje seducir por las compras exóticas (Carnaby Street, Chinatown). Al oeste del distrito se encuentra el Covent Garden, antiguo mercado y actual imán para los turistas, que llegan atraídos por su ambiente alegre y colorido.

Fiesta 24/7: Muchos de los que llegan a Soho vienen a bailar o sentarse junto a la barra. Las opciones son ilimitadas, lo mejor es dejarse llevar y elegir el bar que mejor vaya con nosotros. Algunos bares y cafés están abiertos las 24 horas (Bar Italia, Carluccio’s Caffé), otros son el escenario principal de la escena gay (Freedom).

Comida al paso & snacks: Los que salieron de fiesta hasta la madrugada ahora hacen cola frente a las cadenas de comida rápida y esperan su turno para saborear jugosas hamburguesas. Así mismo, Soho ofrece varias alternativas de tentempiés al paso: Pizza de varios sabores (Fire and Stone) o tapas (The Providores). En Hummus Bros (88 Wardour Street) todos los platos giran en torno a una exquisita pasta de sésamo. Quienes prefieran un ambiente de restaurante podrán complacer sus paladares en este barrio, ya sea que busquen algo exótico (Busaba Eathai, Punjab), mexicano (Wahaca) o, por qué no, belga (Belgoo Centraal).

De compras al estilo londinense: Cerca de la plaza Picadilly Circus, la calle Carnaby Street ofrece una de las vías comerciales más populares de Londres. Junto a costosas tiendas de diseño, se despliegan otras que exponen vestidos de gala a un módico precio. Los expertos en moda también rondan por las callejuelas laterales a Soho, donde se esconden las tiendas más pequeñas. En Covent Garden, los artistas y acróbatas callejeros captan la atención del público mochilero.

Chinatown: Al norte de Leicester Square se encuentra el barrio chino de Londres, un mundo asiático en medio de la vigorosa vida británica. Por lo general aquí se encuentran más turistas que gente de China.

Soho LGBT: Los alrededores de la Old Compton Street lucen carteles luminosos y el brillo de las Drag Queens, constituyendo el centro de la escena gay de Londres. Aun así, el barrio se encuentra abierto a todo tipo de preferencias, por lo que todos pueden disfrutar de un trago o dos en un bar típico de Soho.

Notting Hill: distrito de moda, mercado de pulgas y aire multicultural

Situado al oeste del Hyde Park, Notting Hill estaba entre los barrios más pobres. Luego del éxito cinematográfico homónimo, este distrito se volvió famoso de la noche a la mañana. Una combinación de diversas culturas, intercaladas con mercados de pulgas y tiendas pequeñas, continúa caracterizando la zona. Si se busca una atmósfera más señorial conviene ir en dirección a los jardines reales de Kensington.

Mercado de pulgas y celebridades: El distrito de Notting Hill, alguna vez infortunado, se transformó en un barrio de moda gracias a la famosa película homónima protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant. Sus habitantes son, al igual que antes, de lo más variado: en el Mercado Portobello se mezclan modelos y directores de cine con estudiantes cargando sus cuadernos y amas de casa que podrían ser confundidas con verdaderas actrices. Todos ellos pasan desapercibidos entre la multitud de turistas que se precipita hacia la calle Portobello Road para curiosear en el gran mercado de pulgas.

Cafés y bares de moda: El conjunto de cafés, pubs y mercados refleja la energía que se vive en el distrito Notting Hill. Se puede encontrar una tienda que vende exclusivamente libros de cocina (Books for Cooks); pero también clubs de renombre (Notting Hill Arts Club) o incluso bares de tendencia (para artistas y público joven y con estilo) en los alrededores de la calle Talbot Road.

Festivales callejeros y carnaval: Aquí es donde tiene lugar el legendario Carnaval de Notting Hill, un festival a cielo abierto de tres días que se apropia totalmente de la vitalidad del barrio (última semana de agosto).

Camden: estilo londinense, idilio y creatividad

Para los locales, este es el verdadero Londres: edificios coloridos, cosmopolita, auténtico. Pero aquí también hay atracciones que seducen a los turistas (Mercado de Camden, Regents Park). La colina Primrose Hill irradia el encanto de un pueblo. Al norte se pueden encontrar aún más oasis. Realmente vale la pena hacer una excursión por el barrio Hampstead.

Talento artístico: En un principio: vastos campos, hoy: un barrio del norte de Londres. Sobre las puertas de Camden hay letreros con los nombres de artistas, poetas y otros individualistas para los que los precios de Notting Hill son muy altos. Fachadas coloridas, atmósfera de vecindario.

Parques verdes: Para hacer excursiones a la colina Primrose, los visitantes eligen llevar algunos sándwiches y hacer un picnic mientras disfrutan de la vista sobre la ciudad. El verde se extiende aún más hacia el norte, que limita con el noble distrito de Hampstead, donde se encuentra uno de los parques más hermosos de Londres.

Mercado de moda y museos: El Mercado de Camden es un imán para los turistas y la meca para los fashionistas. Aquí los gritos de los vendedores ambulantes se entremezclan con los clientes de las tiendas de manicura y aquellos en búsqueda de regalos originales. Camden también ofrece atractivos culturales como el Museo Judío o el Museo del Canal de Londres.

Londres – su impronta:

Heterogéneo: Muchos de los barrios de Londres fueron en algún momento lugares con un carácter propio que evolucionaron conjuntamente hasta integrar la metrópolis de la que hoy forman parte. El resultado es un entramado de elementos como nobleza, extravagancia, cursilería y gazmoñería, que fascina y a la vez permite que cada uno pueda ser lo que desee. La población de Londres es tan multifacética como la ciudad misma.

Cosmopolita y multicultural: Londres ha visto todas las tendencias de moda, todos los colores de pelo y todos los estilos, muchos de ellos nacidos en la misma ciudad. Este es un lugar que ya no sorprende, sino que hasta nos lleva a mirar con nostalgia a los punks de hoy, que agregan ganchos de imitación a sus vaqueros de diseño. Tanto las mezquitas como los templos hindúes pertenecen a la imagen de la ciudad, en muchos de sus distritos se puede apreciar la influencia de los inmigrantes.

Respeto por la tradición: Los londinenses más arraigados, especialmente aquellos que pertenecen a la alta sociedad, tienen sus propias leyes. La influencia de la realeza puede percibirse en varios lugares; algunas ceremonias, como el té de las cinco, son un deber en muchos hogares. Los clubs para caballeros sobre la calle St. James tampoco conocen de misericordia: Incluso algunas celebridades han sido excluidas por los criterios de selección, solo algunos pocos califican como “clubbable”, es decir, admisibles a estos clubs.

Cultura pop: Los Rolling Stones y Pink Floyd, swing, punk, britpop y techno, pocas metrópolis han sido cuna de tantas bandas, DJs y estilos musicales pioneros como Londres. Esto puede verse claramente en la gran cultura de clubs y fiestas que tiene la ciudad, ofreciendo siempre nuevos sonidos y reviviendo viejas melodías.

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