La capital belga es un destino ideal para familias, amantes de la arquitectura y viajeros que quieran probar las mejores cervezas y gofres del mundo en la Grand Place. Escoger uno de los hoteles de Bruselas permite al visitante conocer al detalle esta ciudad que aúna historia, modernidad y una gastronomía muy particular.
La zona centro de este destino destaca por sus espectaculares edificios, que se pueden ver en la Grand Place, rodeada por típicas casas de los gremios de los siglos XVI en adelante. El más antiguo es el Hotel de Ville, el Ayuntamiento, de 1459. Otros tienen detalles de oro, como l’Arbre d’Or, antigua sede de los productores de cerveza, o Le Cygne, donde se reunían Marx y Engels. El lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998 y destaca por su gran riqueza ornamental. Aquí se encuentran algunos de los hoteles en Bruselas más selectos y exclusivos.
A nivel arquitectónico, Bruselas es conocida por sus edificios de arte sacro. Especialmente en la zona centro hay varias catedrales que se encuadran dentro del estilo gótico, como la de Nuestra Señora de Sablon o la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Destacan por su imponente aspecto, ya que sus torres llegan hasta una altura considerable. Esto se debe a que, antiguamente, y especialmente en la zona de Flandes y alrededores, se creía que cuanto más cercanas estaban las torres de las catedrales al cielo, más cercanos a Dios se encontrarían los practicantes que acudieran a las mismas.
Si existe un aspecto mundialmente conocido de la gastronomía belga, estas son sus cervezas. De hecho, la cultura cervecera del país le ha valido el título de Patrimonio Inmaterial de la humanidad. En los bares cercanos a cualquiera de los hoteles de Bruselas se puede degustar alguna de las más de 500 marcas que hay registradas en Bélgica. Bruselas es conocida como la capital de los gofres y las patatas fritas. En la zona centro hay una gran variedad de establecimientos que ofrecen estos dulces con todo tipo de toppings. Aunque no parezca algo muy especial, las patatas fritas son el plato nacional por excelencia y merece la pena probarlas con alguna de las múltiples salsas. Son especiales por la forma en la que se cocinan, friéndolas en dos aceites a distintas temperaturas, de forma que se consigue un sabor único.
Si la estancia a los hoteles de Bruselas se hace en familia, es recomendable visitar la zona del Atomium y la Exposición General de 1958. Se puede entrar en esta impresionante construcción y disfrutar de las vistas desde alguna de sus bolas. Junto al Atomium también hay que visitar el parque de miniaturas de Europa, por el que se da un didáctico paseo mientras se van conociendo los monumentos y edificios más emblemáticos del viejo continente.