Sudáfrica es un país fascinante con paisajes increíbles que hacen de hogar para los cinco grandes el reino animal. Un destino ideal para acercarse a una cultura diferente y entender el origen de los contrastes. Los más aventureros pueden disfrutar de caminos de senderismo, tomar safaris junto a leones y rinocerontes, y hasta bucear con tiburones blancos. Los hoteles de Sudáfrica invitan a dormir con lujo y todos los servicios, incluyendo tours guiados a través de los parques naturales.
Sudáfrica, el país más meridional del continente africano, no solo se destaca por su particular fauna: También su complejidad cultural, sus pintorescas y vivaces ciudades y una enorme diversidad natural hacen de este lugar un destino inolvidable para los turistas. Junto al famoso Parque natural Krugar, que permite admirar a los cinco grandes en un solo safari, Sudáfrica ofrece varios parques naturales y salvajes. Estos dan la oportunidad de conocer en profundidad la flora y la fauna de la tierra. Gracias a su costa de casi unos 2800km de largo, el gran desierto del Kalahari en el noroeste y su especial paisaje conformado por los montes Drankesberg (“Montañas del Dragón” en afrikáans), la tierra sudafricana maravilla a quienes la visitan. Las modernas metrópolis de Ciudad del Cabo, Johannesburgo y Durban son los puntos de partida ideales para realizar un recorrido completo y ofrecen excelentes hoteles con servicios de primera.
Uno de los destinos más conocidos de Sudáfrica es, sin dudas, el famoso Parque nacional Kruger. Este se encuentra a unos 400km al este de la ciudad de Johannesburgo y es el parque nacional más grande del país. Puede ser visitado con un safari guiado o incluso con coche propio. Durante el recorrido, los visitantes tienen la oportunidad de ver de cerca a los animales más famosos del continente directamente en su hábitat natural. Entre ellos: elefantes, leones, leopardos y rinocerontes. Los turistas más activos y los amantes de la naturaleza disfrutan de lleno de las actividades que se ofrecen en este país rebosante de propuestas de tiempo libre y ocio. A ello se suma un conjunto de pequeñas reservas naturales de propiedad privada, que pueden ser visitadas haciendo la reserva en un lujoso safari lodge, los hoteles más confortables de toda Sudáfrica. También su infinita costa tiene mucho para ofrecer: desde la auténtica y agreste Wild Coast con estupendas playas y un ambiente auténtico, hasta la Garden Route, una porción de playa famosa por su exuberante vegetación y sus bahías. El desierto del Kalahari, que se extiende por el despoblado noroeste de Sudáfrica, se destaca por sus paisajes desérticos y sus atardeceres de película. Para conocer el lado más moderno y urbano de la República de Sudáfrica, se recomienda visitar las metrópolis de Ciudad del Cabo, Johannesburgo y Durban. Bares de moda, mercados tradicionales y el vivaz ritmo de vida de sus residentes hacen que la visita a estas ciudades se transforme en una experiencia inolvidable.
Debido a que la mayoría de los turistas aterrizan en alguna de las tres grandes ciudades (Ciudad del Cabo, Johannesburgo o Durban), de ellas obtienen una primera impresión de Sudáfrica. Ciudad del Cabo cautiva con sus barrios de moda como Woodstock, la cima de la montaña de la Mesa y el cercano cabo de Buena Esperanza. Johannesburgo ha cobrado fama por Nelson Mandela. El barrio de Soweto, que alguna vez fue centro del hacinamiento y la opresión, hoy puede descubrirse con un tour guiado al que los interesados en la cultura no se podrán resistir. Los amantes de la naturaleza y del senderismo no querrán volver a casa sin haber visitado los parques Maloti-Drakensberg, contiguos a Lesoto. Esta región montañosa ofrece un sinfín de senderos para recorrer y vistas panorámicas que pueden describirse como únicas e irrepetibles. Aquí también se encuentra la cima más alta del país, el Mafadi Peak con sus 3450 metros de altura. La porción costera entre Ciudad del Cabo y Puerto Elizabeth (Die Baai, en afrikáans) es conocida por sus pintorescos paisajes y sus solitarias playas. Los espíritus aventureros se alegrarán al saber que en Gansbaai es posible nadar entre tiburones blancos, protegidos por una jaula. El Parque nacional Garden Route es otro de los grandes atractivos de Sudáfrica: Dramáticos paisajes costeros se ven intercalados con selvas tropicales. Esta región también es muy conocida por sus viñedos y algunos de los hoteles más hermosos de Sudáfrica.
Gastronomía: La combinación entre tradición sudafricana e influencia europea se puede saborear en la cocina regional. Viajando por Sudáfrica, se aprende rápidamente que a los residentes locales les encanta asar a la parrilla, especialmente los fines de semana y en familia. Es por ello que hay muchos sitios abiertos donde pueden asar al aire libre, así como diversos cortes de carne y salchichas en los supermercados y tiendas. También la comida entre horas se compone de carne. El snack favorito de los sudafricanos es el biltong, que consiste en carne seca y condimentada. La alternativa vegetariana se lama chakalaka y es un cocido hecho de judías y vegetales, servido con mush (pudín de maicena). Debido a la influencia colonial de los Países Bajos, también se sirve aquí potjiekos, un cocido de carne y vegetales, y koeksister (pan frito). La producción vitivinícola es un gran factor económico de este país. Desde el siglo XVII se lleva a cabo esta actividad económica, que da como fruto vinos de altísima calidad. Es por ello que hay varios hoteles de enoturismo, especialmente los de Stellenbosch.
Cómo llegar: Las tres ciudades más importante son Ciudad del Cabo, Johannesburgo y Durban, y todas reciben vuelos provenientes de España. En ocasiones se encuentran vuelos directos, sin embargo muchos tienen al menos una escala. Una vez allí, se recomienda alquilar un coche para descubrir Sudáfrica en todo su esplendor.
Cuándo viajar: Debido a su gran tamaño, Sudáfrica presenta diversos climas en cada región. El verano sudafricano, que alcanza su punto máximo en los meses de diciembre a febrero, trae lluvias en el norte del país. Mientras que, en la costa sur, el ambiente permanece seco y caluroso. Debido a que las estaciones son inversas a las europeas, este es un buen destino para escapar del invierno. Los meses más recomendados para viajar a Sudáfrica van de marzo a mayo y de agosto a octubre. Durante este periodo de tiempo el clima es muy parecido al europeo. Los días más fríos tienen lugar de junio a septiembre, y presentan un clima más bien moderado, ideal para avistar animales. En la región del Parque nacional Garden Route incluso se pueden ver ballenas. Cada estación del año tiene su encanto particular.