La vista de las tranquilas aguas siempre ha tenido un efecto calmante, por lo que un hotel junto al lago es justo lo que necesitan quienes buscan paz y tranquilidad, pero también los entusiastas de los deportes acuáticos. Ya sea surf, vela, pesca o natación, en los grandes lagos siempre se puede practicar deporte. Los hoteles a orillas de los lagos suelen estar rodeados de parques de buen gusto y disponen de cuidadas habitaciones con balcón, para que puedan disfrutar de la vista del lago desde el primer café de la mañana.