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Los hoteles históricos rescatan el pasado del lugar y le añaden el lujo propio de un establecimiento de alta categoría. Para unas vacaciones diferentes, la celebración de una boda o una escapada romántica, nada mejor que un castillo que parece salido de un cuento de hadas. Ideal para quienes desean conocer la historia más allá de los museos y quieren sumergirse en el verdadero estilo de vida de la aristocracia. En centros turísticos y regiones rurales, los hoteles históricos son la opción ideal.

Hoteles históricos

Castillos encantados, fortalezas con torres y almenas, monasterios del medievo con muros de piedra, románticos palacios y casas señoriales con ostentosas fachadas en los que desde hace cientos de años se cosechan vinos finos y cereales… Los hoteles históricos vienen en una variedad de formatos y estilos, pero todos tienen algo en común: albergan el encanto del pasado. Además de estar situados en castillos y palacios, este tipo de hoteles se caracteriza por contar con amplios jardines exteriores, habitaciones espaciosas y antigüedades y muebles pertenecientes a los estilos barroco, renacentista o gótico. Aquí, ningún detalle se dejó al azar, sino que cada rincón está especialmente decorado de forma tal que se pueda rescatar la belleza original, combinándola con el confort y el lujo de las instalaciones más modernas. ¿Quiere pasar unas vacaciones en las que se mezclen la historia, la cultura y la tradición con el deleite y la hospitalidad? Entonces también le recomendamos echar un vistazo a nuestras Pousadas que fueron construidas con gran elegancia, lujo y atención al detalle.

Un viaje al pasado: un vistazo a los hoteles históricos más bellos del mundo

Históricas joyas arquitectónicas transformadas en hoteles de lujo

© Himmlhof

En un esfuerzo por rescatar y preservar el encanto original local, los hoteles históricos han tomado en sus manos la noble tarea de restaurar casonas, palacios y castillos que datan de siglos anteriores, transformándolos en lujosos hoteles que invitan a los huéspedes a conocer el pasado que se esconde entre los muros de piedra. Particularmente en España, los Paradores de Turismo se han convertido en referentes del trabajo de restauración y mantenimiento de edificios emblemáticos de alto valor cultural, histórico e incluso artístico. Contrario a lo que podría esperarse, las grandes ciudades también tienen hoteles históricos, de los cuales la mayoría se sitúa en el casco antiguo. Ahora, quienes viajan para conocer un nuevo lugar, no solo pueden descubrir su historia en los museos y a través de los monumentos, sino también durante su estadía en el hotel. Por ejemplo, en el corazón de Barcelona, los huéspedes descansan junto a la antigua muralla romana y entre hermosos edificios medievales. La Ciudad Vieja de Valencia, por su parte, cuenta con uno de los centros antiguos más grandes de Europa, y allí los hoteles históricos están emplazados entre monumentos arquitectónicos. Una escapada a un hotel histórico es la mejor forma de conocer la riqueza cultural, artística y arquitectónica de lugar, a la vez que se disfruta de los servicios especiales, como la piscina, el área de spa o la sauna.

Dormir como la realeza en medio de un entorno natural

Quienes visitan destinos turísticos en las zonas rurales también tienen la oportunidad de descansar donde alguna vez solo los nobles pudieron hacerlo. Las casonas y los castillos alejados de las grandes ciudades invitan a disfrutar de sus fascinantes estructuras antiguas, emplazadas en el centro de espectaculares entornos naturales, como la costa este de Mallorca. Ideal para quienes desean tener unas vacaciones tranquilas en las que puedan practicar senderismo, conocer la cultura de los pueblos y la gastronomía local. La ciudad de Oporto y sus alrededores cuentan con hoteles históricos que se adaptan a cada estilo de viajero. Especialmente en la gran región de Oporto, conocida por sus bodegas y su riqueza tradicional, los hoteles históricos están emplazados en antiguos monasterios, casas de campo y edificios con una fuerte impronta cultural, que no deja a nadie indiferente. Durante su estancia en las zonas más rurales, los huéspedes disfrutan de visitar las pequeñas villas de pescadores, que se caracterizan por sus bonitas casas de colores. Por la noche, los restaurantes sirven platos típicos que se degustan con platería antigua. El día llega a su fin en camas de madera maciza con dosel en las que los viajeros pueden descansar como verdaderos reyes. Además de disfrutar de un libro junto a la chimenea, un paseo a caballo con picnic en medio del campo o una caminata entre las viñas, los huéspedes pueden disfrutar de instalaciones como piscinas y circuitos de spa, y del mejor servicio brindado por los propios dueños del hotel.

Hoteles para sumergirse en la historia de los centros turísticos

A pesar del turismo en masa que reciben los centros turísticos de alrededor del mundo, los hoteles históricos, gracias a su reducido número de habitaciones, logran conservar el encanto y la belleza que vienen de la mano con el paso del tiempo. Para los turistas, nada mejor que descansar en un hotel histórico para conocer el verdadero patrimonio cultural que les rodea. La identidad de cada lugar está marcada no solo por lo que es hoy, sino también por lo que fue. La zona de esquí de Laax, por ejemplo, luce encantadores hoteles emplazados en románticos edificios marcados por la tradición suiza y el buen gusto por el chocolate y el queso. Estos establecimientos, a pesar de la antigüedad de sus edificios, no renuncian al lujo. Con instalaciones propias de un hotel de 5 estrellas, servicio de primera calidad y habitaciones que parecen salidas de un cuento de princesas, los hoteles históricos de Laax ponen la vara muy alta para los demás establecimientos de la región alpina. La idea de un paraíso del descanso en medio del tumulto turístico se repite en el barrio madrileño de Salamanca, que en el pasado supo albergar a las clases aristocráticas y burguesas y actualmente es la fusión perfecta entre antiguos edificios de estilo parisino, restaurantes de alta categoría y elegantes tiendas para ir de compras. Sus hoteles históricos ofrecen el equilibrio perfecto entre la cercanía a los atractivos turísticos internacionalmente conocidos y un tranquilo espacio donde retirarse a descansar o a disfrutar de un masaje relajante.

Hoteles históricos – su impronta

Bodas: Gracias a su imponente belleza y su innegable encanto, muchas parejas anhelan celebrar su boda en un hotel histórico. Emplazados en castillos, palacios y fortalezas, estos establecimientos son el telón de fondo perfecto para una boda de ensueño.

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