Marruecos es un país que combina la tradición oriental y los tiempos modernos. Este fascinante lugar alberga las pruebas más antiguas de la cultura árabe. Sus ciudades reales Marrakech y Fez han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Ellas son testimonio vivo de la historia que las caracteriza a través de sus mezquitas con imponente minaretes, escuelas coránicas espléndidamente decoradas, palacios árabes y mercados orientales que transportan a los visitantes a los maravillosos cuentos de Las mil y una noches. Las medinas de Marruecos están formadas por calles laberínticas, casas hechas de barro color ocre en las inmediaciones de las puertas de la ciudad y los tradicionales zocos en los que pueden comprarse artesanías, especias y alfombras orientales. Los hoteles de Marruecos se sitúan en imponentes edificios o palacios, y son llamados riads. La mayoría de ellos son muy lujosos y sus patios cuentan con fuentes o piscinas rodeadas de palmeras, resguardadas por puertas moriscas.
En la “Perla del Sur” de Marruecos, los turistas pasan la noche en lujosos resorts situados en pomposos palacios. Además de sus ostentosas mezquitas, el palacio real y sus preciosos parques, la ciudad es conocida por la plaza de Yamaa el Fna. Ella reúne a artistas callejeros, ilusionistas y cuentacuentos que relatan las historias de las princesas y los príncipes de Las mil y una noches. La imagen de Marrakech no está completa sin su inmenso mercado de camellos y sus zocos especiales, con artesanías tradicionales como faroles, jarrones y lana. Estos fascinantes mercados hacen de la capital una ciudad de las compras y de la cultura, que oscila entre los cuentos de fantasía y la época moderna.
Conocida gracias a la película que lleva su mismo nombre y tiene como protagonista a la estrella de Hollywood Humphrey Bogart, esta ciudad costera cuenta con un bulevar que es sinónimo de diversión. Una amplia variedad de clubs nocturnos, bares y restaurantes se extienden a lo largo y ancho del puerto más grande de Marruecos y de su medina de estilo colonial. La Gran Mezquita Hassan II es inconfundible. Esta majestuosa obra arquitectónica fue inaugurada en 1993 y cuenta con el minarete más alto del mundo. El distrito costero de Ain-Diab y su legendario “Rick’s Cafe” transporta a sus visitantes al renombrado clásico del cine.
Fez es la ciudad más antigua del país y cuenta con un sinfín de bienes culturales árabes, entre los que están el palacio real, la mezquita con su cúpula de cerámica verde, la imponente puerta de Bab Bou Jeloud y la inmensa Plaza Nejjarine, con su característica arquitectura morisca. Allí mismo se sitúa el mercado morisco más grande. Entre el bullicio, los burros y los puestos de comida, el aroma de las especias orientales se vuelve irresistiblemente tentador. La capital de Rabat tiene una importancia cultural de valor similar y luce, además, el gran Museo Nacional con hallazgos arqueológicos y una imponente fortaleza.
Agadir es uno de los balnearios más hermosos de Marruecos. La ciudad recibe a sus turistas con un clima agradable, playas de arena fina con paseos flanqueados por palmeras, modernos y elegantes hoteles, y restaurantes que sirven el tradicional cuscús. Además, cuenta con bahías apartadas y tranquilas donde los surfistas y otros deportistas acuáticos se reúnen a diario. Tomando a Agadir como punto de partida, pueden realizarse varias excursiones a otros sitios en el interior del país. Ait Ben Haddou es una espectacular kasbah con tradicionales casas de barro que han servido de telón de fondo en un sinnúmero de producciones cinematográficas. Desde aquí es posible ir de excursión y visitar la antigua zaouia de Tamergroute.
Cocina marroquí: Los platos nacionales son el cuscús y el tajín, un delicioso cocido picante. Normalmente se come utilizando solo las manos, la salsa se degusta con ayuda de un trozo de pan. Para acompañarlo, lo ideal es un tradicional té de menta marroquí.
Cultura: Marruecos es predominantemente musulmán. Al igual que en muchos otros sitios, aquí se saluda con la mano. Sin embargo, se considera que la mano izquierda es impura y, por lo tanto, el dinero se entrega con la derecha. A quienes viajen fuera de los centros turísticos se les recomienda que lleven ropa discreta y que les cubra todo el cuerpo. Por el contario, en los hoteles y en la playa pueden usar lo que deseen y les sea cómodo.
No siempre es fácil encontrar ese riad especial para tus vacaciones. Sin embargo, los riad hoteles más hermosos en Marruecos definitivamente incluyen Riad Le Clos des Arts, así como La Sultana Marrakech o Selman Marrakech.
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