Aquitania es un destino fabuloso para visitar en pareja, con amigos o en familia. La región de Burdeos es conocida por el vino allí producido, que lleva su mismo nombre. Entre paisajes agrestes, playas vírgenes y un sol moderado, los turistas disfrutan del verano. Quienes prefieren hacer una escapada cultural, pueden visitar los castillos y museos. En el invierno, todos llegan para esquiar en los Pirineos.
La región de Aquitania, en el sudoeste de Francia, es muy conocida por la hermosa ciudad de Burdeos, que da nombre al vino de origen, pero también tiene muchos otros tesoros que vale la pena descubrir. Aquitania es un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza, muchos la elijen por su acceso directo al Atlántico, sus playas vírgenes y sus paisajes costeros silvestres, otros optan por el norte de los Pirineos y sus vistas de montaña que sorprenden y dejan sin aliento. Por su parte, los interesados en la cultura local pueden disfrutar de una variedad de castillos históricos, museos y pintorescos pueblos que son testimonio vivo del pasado de la región. La ciudad de Burdeos alberga a la mayoría de los hoteles de Aquitania y posee un ambiente urbano, transformándose en un destino turístico muy particular.
Burdeos es el centro cultural de Aquitania, con un casco histórico que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Aquí los turistas pueden visitar la catedral, que data del siglo XI, y la imponente place de la Bourse. La misma fue diseñada en el siglo XVIII y representa el impresionante arte refinado que caracterizaba a la arquitectura francesa en aquel momento. Aquitania también cuenta con espacios culturales como museos de arte y el museo de historia de Aquitania. En las afueras de Burdeos pueden visitarse viñas y conocer el proceso de producción de vino de la región. El vino que se elabora aquí lleva el nombre de la región y es uno de los más conocidos del mundo. Los tours con degustación y maridaje permiten a los turistas comprender qué hace de este vino una bebida tan única. A lo largo y ancho de Aquitania se encuentran varios castillos históricos, muchos de ellos con más de 1000 años de antigüedad. El castillo de Beynac, construido en el siglo XII, es uno de los que mejor han mantenido su belleza y ha sido escenario de rodaje para varias películas. La Gran Duna de Pilat es una de las dunas de arena más grandes de Europa y se sitúa en la pintoresca Costa Atlántica, as unos 50 km de Burdeos. Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de una visita al parque nacional de los Pirineos, que tiene cimas de más de 3300 metros de altura y una amplia variedad de senderos que llevan a los rincones naturales más hermosos de Francia.
Además de los destinos más conocidos de Aquitania, esta región también cuenta con otros atractivos que están un poco más escondidos y son menos conocidos. La ciudad de Saint-Emilion, por ejemplo, transporta a sus visitantes directamente al medievo. Su iglesia, de más de 800 años de antigüedad, cuenta con un sistema de túneles bajo tierra, algunos de los cuales actualmente son utilizados como bodegas. El castillo, construido con un estilo renacentista, fue inaugurado en el siglo XVI y, gracias a que ha sido muy bien conservado, aun sorprende con su imponente estilo. Quienes deseen viajar aun más atrás en el tiempo, no querrán perderse las cuevas de Lascaux, en el este de Aquitania. Sus paredes están cubiertas por pinturas rupestres de más de 17 000 años de antigüedad cuyo significado aun no ha podido ser descifrado por completo. Cabo Ferret, uno de los favoritos de los turistas, cuenta con un conjunto de idílicas playas de arena que invitan a sumergirse en el Atlántico, especialmente en verano. Este sitio también es muy famoso por el cultivo de ostras y por su faro. Côte d’Argent, por su parte, tiene playas extensas y recibe a aficionados al surf de todas partes del mundo. Asimismo, el interior cuenta con espectaculares paisajes, como el paso de montaña Col du Pourtalet, que obsequia a los turistas con fascinantes vistas de montaña en la frontera entre Francia y España.
Entre los clásicos gastronómicos de Aquitania cuentan el pescado y los frutos de mar, provenientes de la Costa Atlántica. En combinación con otros ingredientes frescos regionales, estos platos incluyen al vino local más preciado como parte de sus recetas. Para los aquitanos, la cena es la comida más importante del día y, al igual que cada una de las demás comidas, se elabora con dedicación y atención al detalle. Las especialidades marítimas de Aquitania incluyen ostras, mejillones y platos con frutos de mar. Como alternativa, se sirven carnes rojas, como entrecot con setas de calabaza o estragón en salsa de vino tinto. La carne de cordero, los quesos aromáticos y el jamón son otros de los sabores favoritos de Aquitania. Para los paladares dulces se sirven clásicas mousses de chocolate y el broyé du Poitou, a base de azúcar, harina, manteca y huevos. El vino acompaña todas las comidas. La región de Burdeos es particularmente conocida por sus restaurantes de primera, como el restaurante de La Grande Maison de Bernard Magrez, que luce dos estrellas Michelin.
Cuándo viajar: En general, se recomienda viajar a Aquitania durante el verano. En los meses que van de junio a septiembre, los días se mantienen muy soleados y la probabilidad de lluvia es baja. En promedio, las temperaturas suben hasta los 25 ºC. La fría brisa atlántica, sin embargo, mantiene a los turistas siempre frescos. Esta es también la mejor época para unas vacaciones en la playa, ya que la temperatura del agua supera los 20º. La primavera, entre marzo y mayo, y el otoño, en septiembre y octubre, presentan un clima suave. Los meses más fríos y lluviosos van desde noviembre a febrero. El invierno es ideal para unas vacaciones de esquí en los Pirineos.
Cómo llegar:La forma más práctica de llegar a Aquitania es por aire. Todos los días se ofrecen vuelos desde los principales aeropuertos españoles hacia Burdeos. Como alternativa, se puede ir por tierra en bus, tren o coche propio. En coche se puede llegar por la autoroute A63 desde Irún/Biriatou o por la A65, desde los Pirineos. Ambos trayectos demoran entre 3 y 4 horas, dependiendo de los lugares exactos de origen y destino.