Nuestros mejores hoteles en la Costa atlántica francesa

Costas escarpadas y rocosas entre pintorescas ciudades portuarias y playas de ensueño… El paisaje de la costa atlántica francesa es muy variado. Así, los hoteles en la mundialmente famosa ciudad vinícola de Burdeos se esconden detrás de las históricas fachadas de bodegas o castillos. Quienes quieren darse un chapuzón en verano viajan a Aquitania. Otros de os destinos favoritos son Biarritz, Arcachón, y Saint Malo, donde se puede conocer la historia de los corsarios y del Monte Saint-Michel.

Hoteles en la Costa atlántica francesa

Hoteles en la Costa atlántica francesa © Hôtel de Sèze & Spa Bordeaux Centre

Playas de ensueño en Aquitania, elegantes villas en Poitou-Charentes e historia sagrada en Bretaña hacen de la costa atlántica de Francia el destino preferido para aquellos turistas que no se pueden decidir entre cultura, elegancia y unas típicas vacaciones en la playa. Los amantes del buen vino no pueden evitar visitar Burdeos, donde el hotel y vinoteca sirve sofisticadas cosechas. Los hoteles de la costa atlántica francesa son tan diversos como las actividades al aire libre que pueden realizarse allí, garantizando un viaje romántico, activo y con tiempo de relajarse.

¿Dónde dormir en la costa atlántica de Francia? Un vistazo a los lugares y las regiones más importantes

Aquitania: playas de arena, surf y tiempo en familia

© Castel Clara Thalasso & Spa

El País Vasco francés luce hermosos paisajes naturales, playas de ensueño y, de fondo, los imponentes Pirineos, repletos de pequeños pueblos que invitan a descansar. Esta región está compuesta por maravillas como la costa de Plata y por el área natural protegida que conforma la bahía de Arcachón. Biarritz es un balneario muy conocido por sus coloridas carpas de lona a rayas que sirven de punto de encuentro para surfistas y jugadores de vóleibol por igual. Aquí hay muchos hoteles con spa situados a lo largo del paseo costero, que llega hasta el faro. Arachón es un balneario a orillas del mar desde el que puede disfrutarse de una impresionante vista sobre la Gran Duna de Pilat, la duna de arena más alta de Europa. La playa, con su extensión e inmensidad, es ideal para practicar deportes o jugar en familia. Otros destinos muy recomendados son Biscarrosse y Moliets-et-Maa.

Burdeos: vino, compras y vida nocturna

Burdeos, una ciudad del interior atravesada por el río Garona, es nada menos que un lugar repleto de placeres. Tanto en la ciudad como en los alrededores pueden descubrirse cientos de viñas, viñedos y sitios donde degustar los vinos más finos. El disfrute también está en las compras, especialmente en la magnífica avenida Rue St. Catherine o en el tradicional Mercado de los Capuchinos. En la ciudad hay una gran variedad de hoteles modernos e históricos con una cocina de primera clase. Por ser una ciudad universitaria, Burdeos cuenta con muchos bares y clubes y una vida nocturna muy activa, perfecta para el público más joven.

Poitou-Charentes: senderos para bicicletas, vacaciones en la playa y alta sociedad

El interior de la región tiene un marcado estilo campestre y se deja recorrer en bicicleta o a pie. Aquí también se sitúa el camino para peregrinos de Santiago de Compostela, con muchas abadías y edificios sacros que esperan durante el trayecto. Tampoco faltan los sofisticados puertos de yates ni los restaurantes de primera, donde se sirven ostras, la indiscutible especialidad regional. La Rochelle posee imponentes construcciones con antiguos puertos que en el pasado funcionaron como torres de vigilancia. Desde allí se llega a la tradicional Île de Re, en cuya localidad de San Martin se reúne la alta sociedad parisina durante sus vacaciones de verano, que transcurren entre estupendas villas y lujosos hoteles. Île d’Oléron es otro excelente destino para las vacaciones.

Bretaña: edificios sacros, cascos antiguos y ciudad artística

Peñas empinadas, idílicas bahías y una rica cultura caracterizan a Bretaña. Entre imponentes acantilados y playas de arena fina pueden descubrirse islas deshabitadas y en estado natural, el interior se ve atravesado por iglesias de piedra y lugares de peregrinación. En la Côte de Granit Rosa, los turistas se sorprenden ante las rocas de granito, como en Perro-Guirec. Desde Saint Malo puede llegarse fácilmente a la pequeña isla rocosa de Monte Saint-Michel, en la que se erige una increíble abadía. La ciudad de corsarios obsequia a sus visitantes con un precioso casco antiguo, hoteles históricos y murallas medievales, así como con una playa de arena. Las ciudades portuarias más hermosas son Port-en-Bessin y Honfleur. El arte, la cultura y los coloridos talleres artesanos, que se apiñan en el puerto, le otorgan un encanto particular. Honfleur, considerada una de las cunas del impresionismo, es la ciudad de ensueño para los amantes del arte.

La costa atlántica francesa – su impronta

Cómo llegar: La forma más sencilla de llegar a la costa atlántica francesa es con un vuelo directo hasta Burdeos desde alguno de los aeropuertos españoles más grandes, como los de Madrid y Barcelona. Una vez en la ciudad, se recomienda alquilar un coche para poder visitar un sinfín de destinos vacacionales en toda la región. Quienes prefieran pasear con el coche propio, se alegrarán al saber que la red vial cuenta con un diseño muy eficiente. Se deben tener en cuenta los peajes y otros posibles costos que puedan surgir en el camino.

Clima: El clima de la costa atlántica francesa es agradable durante el verano. Allí, las temperaturas ascienden hacia el sur. En los alrededores de Aquitania, el balneario favorito de todos los turistas, las temperaturas alcanzan los 35°C.

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