Compartir una botella de vino junto al mar, disfrutar de una cena en la terraza del hotel y a la luz de las velas, dar un paseo tomados de la mano o descansar en una suite con un ambiente íntimo y tranquilo. Los hoteles románticos inspiran pasión, ternura y delicadeza, ideal para un viaje en pareja.
Descubrir juntos un nuevo lugar, un sitio en el que ambos puedan vivir experiencias extraordinarias. Hay quienes no solo descansan al terminar un día normal en la oficina, sino que muchas parejas también aprovechan la ocasión de celebrar un cumpleaños, un aniversario o el día de San Valentín para viajar y hospedarse en un hotel romántico. El destino de ciudad número uno para los enamorados es, por supuesto, París. La ciudad de las luces cautiva con sus filosofías del légèreté y del joie de vivre. Beber un café con leche en las calles del Quartier Latin, mirar los escaparates de la elegante Champs Elyseés y visitar la Torre Eiffel son actividades ideales para los recién enamorados. Venecia es otro de los viajes casi obligatorios. Aquí se puede vivir en elegantes palacios iluminados por arañas de cristal, pasear por el puente de Rialto y dejarse llevar por los gondoleros mientras se disfruta de la belleza de sus canales. Otro de los favoritos de las parejas es Viena. Aquí se pasea por la huella de la emperatriz Sisi entre palacios de los Habsburgo y se degusta la tarta Sacher en uno de los famosos cafés vieneses. Un atractivo imprescindible es la noria del Prater.
En los viajes de pareja, el tiempo compartido es lo más importante. Un hotel verdaderamente romántico puede ser el toque final perfecto de una apasionante escapada de a dos. Las suites y las habitaciones son la clave de una experiencia única, es por eso que, en ellas, uno debe poder sentirse como en casa. Tras un prolongado paseo por la tarde, nada mejor que disfrutar de la suite acurrucándose juntos frente a la chimenea. Algunos hoteles incluyen también camas con dosel, bañeras exentas y ramos de flores; otros organizan una bienvenida especial para enamorados con champaña y chocolates. En el área de spa pueden reservarse masajes para parejas o tratamientos para dos. Lo más importante es poder disfrutar de la experiencia con esa persona especial. Los huéspedes renuevan su amor con cenas a la luz de las velas, o en la terraza con vistas al lago. Ya sea que estén iluminados por la llama de una vela o por el brillo de la luna, las conversaciones más íntimas combinan perfectamente con deliciosos platos de la cocina gourmet del hotel.
Vivir nuevas experiencias de a dos ayuda a renovar nuestra confianza en la otra persona y a enamorarse cada día más. Unas vacaciones en un hotel romántico son la ocasión perfecta para vivir una pequeña aventura. ¿Qué tal un vuelo en globo sobre el Rin? ¿O acaso prefieren una salida de escalada en los Alpes suizos? ¿Una salida en bote por las Islas Griegas? Incluso se puede arribar a las grutas azules de Capri en unos minutos. Para todos aquellos románticos empedernidos que lleguen en búsqueda de confort, los hoteles cuentan con servicios especiales para las parejas de recién casados. Quienes viajan por su luna de miel suelen volar hasta las Seychelles o las Maldivas, donde les esperan bungalows y villas privadas.