Stuttgart es la patria del spaetzle y de los manitas. Pero la metrópoli suaba también tiene un lado moderno: el prometedor panorama museístico, el teatro estatal y el ballet son conocidos mucho más allá de las fronteras del Estado. El corazón de la ciudad es la Königstraße, con sus boutiques, centros comerciales y el Palacio Nuevo. Los hoteles de Stuttgart tienden puentes entre la tradición y el presente. Los verdes parques y los viñedos cercanos a Bad Cannstatt también dan colorido a la cuenca del valle.