La comunidad autónoma española de Castilla y León se sitúa en el corazón de la península ibérica y es especialmente conocida por su naturaleza virgen. Aquí, los turistas pueden disfrutar de sus pintorescos paisajes en la meseta Norte. El altiplano castellanoleonés es un paraíso para senderistas y amantes de la naturaleza ya que ofrece un espacio de paz y tranquilidad. El punto clave para una estadía inolvidable son los hoteles de Castilla y León. En esta región, los visitantes pueden elegir entre encantadores establecimientos en el corazón de grandes ciudades como Valladolid, Burgos, León y Salamanca; o en tranquilos resorts alejados de los centros urbanos. Estos son ideales para quienes viajan solos o en pareja y desean pasar unos días de relax.
Los espectaculares paisajes de Castilla y León son ideales para practicar senderismo y conocer sobre la flora y fauna locales. En especial, el legendario Camino de Santiago recibe a peregrinos de todas partes del mundo. Además de este conocido trayecto, hay muchos otros que cautivan a los turistas. El de Sierra de Gredos, por ejemplo, tiene suaves cordilleras y montañas boscosas que llegan hasta los casi 2600 metros de altura. Desde Almanzor, de 2596 metros de altura, se puede disfrutar de una vista panorámica maravillosa directamente en el centro de la cadena montañosa. Sierra de Béjar es otro imprescindible para quienes disfrutan de pasar tiempo en contacto con la naturaleza. Entre ambas montañas descansa la idílica laguna Grande, especialmente atractiva durante los días más cálidos del verano. También se recomienda conocer la Sierra de Guadarrama y Las Médulas, que albergó una mina de oro durante el Imperio Romano. Actualmente, cautiva con su icónica roca de color rojizo, que conforma el escenario ideal para fotografiar el atardecer. Los ciclistas también pueden disfrutar de todos estos senderos y caminos. Quienes hagan su reserva en uno de los hoteles del norte de Castilla y León, podrán disfrutar de una escapada a la Costa Vasca, destino favorito de surfistas y veleros.
La región de Castilla y León no solo es conocida por sus impresionantes paisajes sino también por sus muchas construcciones históricas. Uno de los símbolos indiscutibles de la zona es el Alcázar de Segovia, del siglo XII, que se encuentra en el sur de la región, a tan solo 50 kilómetros de Madrid. La romántica fortaleza medieval está abierta a los visitantes, que pueden deleitarse no solo con sus altos muros y sus habitaciones repletas de arte, sino también con el museo de armas de la época. Además, no lejos de allí se encuentra el acueducto de Segovia, construido durante la Antigüedad. Hasta la actualidad, grandes partes de la obra de construcción, compuesta por dos niveles y un total de 167 arcos, se encuentran muy bien conservadas. Otros imprescindibles son la Catedral Nueva de Salamanca, con su arquitectura gótica y barroca, y la catedral medieval de Burgos. La gigantesca pieza del patrimonio de la Unesco fue construida en 1260 y es una de las casas religiosas más importantes de la península ibérica. Con alrededor de 300 000 habitantes, Valladolid es la metrópolis más poblada de Castilla y León. En este centro cultural se recomienda visitar el Museo Nacional de Escultura, con sus muchas esculturas medievales y modernas, expuestas en una antigua iglesia.
La cocina regional castellanoleonesa es conocida por sus platos sencillos pero repletos de sabor. Las recetas originales, servidas a los campesinos y pastores, han sido redescubiertas y se sirven con una pizca de innovación y modernidad. Una de los platos más solicitados es la olla podrida, un guiso con jamón, aves de corral, garbanzos, cebolla y muchos otros vegetales. Estos ingredientes se cocinan durante varias horas con poca agua y el resultado es ideal para disfrutar en los días invernales. El cocido madrileño es otro de los favoritos de la región y se hace con lechón. La cecina proviene originalmente de León, y muchas tiendas la venden para llevar de recuerdo a casa. Para acompañar las comidas, el más elegido es el licor de anís.
Clima: Debido a su ubicación, el clima castellanoleonés se presenta mediterráneo y con un verano cálido. Valladolid puede llegar a temperaturas bajo cero durante los meses de invierno, a la vez que la cima de la montaña se mantiene cubierta de nieve. La primavera y el otoño son ideales para realizar una visita a la ciudad, mientras que, en el verano, los días más cálidos pueden alcanzar los 30º. Quienes planean practicar senderismo durante los meses de julio y agosto, deberán poner especial cuidado en los rayos UV y llevar una crema solar con un alto factor de protección.
Cómo llegar: Situada a 200 kilómetros al noroeste de Madrid, Valladolid es fácilmente accesible y, quienes reservan con anticipación, pueden aprovechar los precios promocionales en tren y bus. Quienes viajan en coche pueden tomar la autopista A6 desde Madrid. Desde Barcelona y otras ciudades más alejadas, se recomienda viajar en avión. El aeropuerto de Valladolid se encuentra en Villanubia, a 10 kilómetros del centro de la ciudad.