Hay muchas ciudades gallegas que continúan siendo poco conocidas a pesar de su incomparable belleza y su encanto cultural. Un clásico entre los turistas que llegan a Galicia, sean peregrinos o no, es la ciudad de Santiago de Compostela, que cautiva con su impresionante catedral con forma de cruz latina. Galicia obsequia a los turistas con una gran diversidad de paisajes y propuestas de ocio para todos los gustos.
k
Tan bella como desconocida, Pontevedra es una de las ciudades gallegas más apacibles y lindas de visitar. Gracias a su pequeño tamaño, es posible recorrerla a pie y así disfrutar de su singular encanto. Repletas de terrazas tanto de día como de noche, las calles empedradas se muestran llenas de vida y movimiento. Entre los sitios imprescindibles cuentan la plaza de la Peregrina, cuyo protagonista es la mascota de la ciudad, el loro Ravachol. Los jardines más bonitos están junto a la plaza de la Ferrería, mientras que los puentes – algunos modernos, otros con estilo medieval – deslumbran con sus luces al caer el sol. Desde Pontevedra se puede visitar Vigo, una bonita ciudad desde la que se llega a las islas Cíes. Entre las principales atracciones de Vigo cuentan el castillo de San Sebastián, desde donde se obtienen las mejores panorámicas de la ciudad, la estatua de Julio Verne y el casco viejo, repleto de bares, cafés y restaurantes que sirven deliciosos platos gallegos con influencia portuguesa. El tesoro más preciado de la región son las islas Cíes, que integran el Parque Natural de las Islas Atlánticas. Su rico ecosistema submarino, que se conserva gracias al arduo trabajo del personal del parque, cautiva con su indómita belleza. Las visitas a las islas tienen un límite de 2200 personas por día, por ello se recomienda informarse y reservar su lugar con anticipación.
A pie, en bicicleta o en coche, peregrinos de todas partes del mundo arriban a la plaza del Obradoiro, el monumental centro de la ciudad de Santiago de Compostela. Esta preciosa ciudad está repleta de visitantes, turistas y peregrinos que no pueden esperar a conocer la famosísima Catedral de Santiago. Construida en el año 1075, alberga la tumba del apóstol Santiago y es punto cero del camino de peregrinación desde la Edad Media. Durante las misas, que se llevan a cabo todos los días festivos al mediodía, puede apreciarse el imponente botafumeiro, de nada menos que 53 kilos. Santiago tiene diversos parques con miradores desde donde puede disfrutarse una vista panorámica de la ciudad. Además, cuenta con museos, mercadillos y restaurantes con terraza en los que se sirven deliciosas mariscadas, exquisitos embutidos y buen vino. Para experimentar el verdadero encanto de este lugar, se recomienda recorrer sus calles a pie. Además de calles empedradas y bonitos rincones por descubrir, el casco viejo alberga los más preciosos hoteles de la ciudad. Con muebles de calidad, todas las instalaciones necesarias y un servicio de primera categoría, los hoteles históricos gallegos guardan un encanto particular y un pasado que espera ser descubierto.
Capital de la Ribeira Sacra, Monforte de Lemos luce numerosos edificios y monumentos cuyo conjunto ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Dentro del casco antiguo de la ciudad destacan El Escorial, su puente de estilo medieval y el museo de Arte Sacro de las Clarisas. En dirección norte se llega a Lugo, una ciudad amurallada cuya historia se remonta a la época romana. La Casa de los Mosaicos refleja la antigüedad de esta localidad, cuyos inicios datan del siglo 25 a.C. Aquí puede visitarse, además, el Museo Provincial o realizar alguna de las excursiones a otros sitios cercanos con encanto histórico. En cambio, Ferrol se caracteriza por sus casas modernistas en el barrio de la Magdalena, cuyas fachadas están inspiradas en la naturaleza y en formas geométricas. Colores, balcones, ventanales y hierro forjado se ven aquí en absoluta abundancia. Además de los cañones de la época de la Ilustración, el Arsenal del Parque exhibe modernos buques recién construidos y una Sala de Armas que deja a sus visitantes boquiabiertos. Otras visitas obligatorias son el barrio de Canido y el museo naval, tan impresionantes como característicos de la zona. Los hoteles del interior de Galicia reflejan el carácter de cada ciudad. Sus habitaciones albergan antiguos muebles de una calidad insuperable, camas con dosel y todo lo necesario para unas vacaciones perfectas.
Galicia es un estupendo destino que lo tiene todo: playas y bahías, ciudades antiguas, centros repletos de historia, parques naturales e importantes catedrales. La amplia oferta hotelera gallega permite descansar como uno se merece. En particular, los Paradores de Galicia están emplazados en históricos castillos y antiguos edificios que han sido cuidadosamente restaurados para proveer un servicio de calidad.