Amplios y elegantes paseos, antiguas calles estrechas, la majestuosidad del Montjüic y la playa a tan solo unos pasos de distancia caracterizan a Barcelona y a su ambiente relajado y alegre. La arquitectura del modernismo, así como sus muchos edificios góticos, le otorgan a la capital catalana una imagen inconfundible. Sus distintos barrios, jóvenes y a la moda o antiguos y elegantes, tienen un encanto único.
Dividido por el Passeig de Gràcia en derecha (dreta) e izquierda (esquerra), el Ensanche parece un tablero de ajedrez construido con un estilo arquitectónico modernista. Aquí descansa también la mundialmente famosa Sagrada Familia, una parada obligatoria para quienes hacen una escapada a la ciudad de Barcelona. Cerca de allí se encuentran también bulevares de moda y la mayor parte del movimiento LGBTQ+.
Turismo arquitectónico: Antonio Gaudí trabajó en la planificación y construcción de la basílica más famosa durante más de 40 años. 85 años después de su muerte, su construcción aun no ha finalizado. Algunas partes de su obra han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Unesco. El Passeig de Gràcia alberga algunos de los edificios más coloridos del modernismo: Casa Batlló, Casa Amatller y Casa Lleó Morera.
Shopping de lujo: Marcas de moda internacionales y joyas pecaminosamente caras se encuentran en el paseo de Gracia, donde el jet set y la clase más alta salen de compras. Tiendas de lujo y boutiques abren sus puertas a los clientes más exclusivos. Entre ellas, tiendas de diseño donde pueden adquirirse los suvenires más bonitos para llevar a casa como, por ejemplo, un botiquín de emergencia con estilo para el hogar.
Exquisita pastelería: Los chocolatiers de Barcelona cuentan con una larga y estupenda tradición: Desde hace varios siglos se importa cacao de Suramérica, que luego se transforma en deliciosos postres y dulces. Un arte que aun se encuentra en desarrollo: Las más codiciadas son las creaciones del joven Oriol Balaguer, uno de los estudiantes españoles más famosos del chef Ferran Adrià. Este joven sorprende con sus extraordinarias combinaciones, mientras que Enric Rovira (Avinguda de Josep Tarradellas) construye réplicas de las obras arquitectónicas de Gaudí en chocolate.
Ambiente gay: La comunidad LGBTQ+ es más bien pequeña, pero sofisticada y a la moda. Desde Disputaciò hasta Aragò y desde Villarroel hasta Balmes se extiende el llamado Gaixample. Aquí hay un sinfín de bares, clubs, moda y hoteles que marcan tendencia. Para estar al corriente de la moda, se recomienda consultar la sección “Shanguide” de la revista Shangay.
Hoteles con estilo: L’Eixample es el barrio más conocido de Barcelona. Por ello no sorprende que muchos de los hoteles de diseño de Barcelona estén justamente aquí. En concordancia con su entorno, los hoteles dan mucha importancia al estilo y al diseño urbano y de moda.
Directamente junto al puerto, se encuentra el barrio del Born, que expresa su elegancia y esplendor a través de villas restauradas y el fantástico museo Picasso. Estos se fusionan con provocadoras boutiques de moda y tiendas de diseño. Las calles están repletas de bares y cervecerías de moda.
Boutiques vanguardistas: En los alrededores del Passeig del Born pueden encontrarse varias tiendas repletas de estilo y pequeñas boutiques a las que puede irse de compras con servicio personalizado y mucha tranquilidad. Aquí cuenta la calidad y no la cantidad, y muchas marcas de moda internacional se intercalan con diseñadores locales jóvenes.
Artesanías en piel y cuero: Desde robustos baúles hasta bolsos y maletines: Los talleres de artesanías en piel y cuero tienen todo lo necesario para el viaje y toda ocasión. Muchas de estas finas piezas son acabadas a mano, como los accesorios y los bolsos de la diseñadora Lisa Lempp, en la tienda Capricho de Muñeca.
Bares de tapas y cocina catalana: En ninguna otra parte de la ciudad se ven tantos bares que sirvan las típicas tapas españolas. Calamares a la romana, jamón ibérico y pollo rustido con ciruelas se sirven aquí durante todo el día. La cocina fusión de alta calidad se puede degustar en Carles Abellan en Comerç 24. Quienes deseen probar la comida catalana tradicional, querrán visitar Fa Patxoca (calle Mercaders), donde se cocina con productos regionales.
Museo Picasso: El museo Pizasso (calle Montcada) está dedicado a las obras del artista más importante y famoso del siglo XX. Este proyecto fue propuesto por su amigo personal y secretario Jaime Sabartés a comienzo de los años sesenta. Aquí pueden admirarse los trabajos de la juventud del pintor y asistir a exposiciones y conferencias especializadas en el artista.
Con sus estrechas y pequeñas callecitas, el Barrio Gótico pertenece a uno de los cascos históricos medievales mejor mantenidos de Europa. Al oeste se encuentra el barrio judío de la ciudad. En los alrededores de la catedral se halla una variedad de pequeñas calles de compras con tiendas largamente consolidadas.
Shopping urbano: Además de las grandes cadenas urbanas, las calles como Carrer dels Banys Nous, albergan un sinfín de encantadoras tiendas de ropa. Desde antiguas mueblerías hasta tiendas de láminas y pósteres, aquí se puede comprar de todo. Alrededor de la Plaça San Jaume se hallan diversos talleres de artesanías de larga tradición, como sombrereros y jugueteros. Las prendas avant-garde, desde Bless hasta Bernhard Willhelm, se encuentran en Doshaburi (calle Lledo).
Turismo antiguo: Muchos de los grandes bulevares y calles de Barcelona se sitúan sobre antiguas rutas romanas. Se pueden visitar yacimientos arqueológicos y restos estructurales de asentamientos romanos en las cercanías de la Plaça Sant Jaume. Varios muros antiguos han sido restaurados a lo largo de los siglos, o utilizados como fundamento para nuevos edificios, algo que puede apreciarse a simple vista. El barrio judío alberga una de las sinagogas más antiguas de Europa.
Café con glamour: El encanto y el estilo de vida de una Barcelona del pasado pueden experimentarse en el café Els Quatre Gats (calle Montsió). Diseñado por el modernista Puig i Cadafalch, servía de punto de reunión para Picasso y sus amigos artistas, a la vez que ofrecía una larga tradición de tertulias, cenas y reuniones de arte.
Clubes de música jazz, latina y flamenco: En el Barri Gòtic se encuentran dos de los mejores locales de música jazz, funk y latina de la ciudad. Casi todas las noches se presentan talentos locales en el Harlem Jazz Club (calle Comtessa de Sobradiel). Muchos de los nuevos talentos que se han presentado aquí, llegaron a ser conocidos a nivel nacional. Jamboree (Plaça Reial), con diseño de caverna, ofrece los mejores espectáculos de jazz y klezmer. Más tarde, el público se mezcla con el club de flamenco Los Tarantos y continúa la marcha en Clubmusic.
Antiguo punto de partida de revoluciones y revueltas sociales, al tradicional barrio popular de Gràcia llegan cada vez más jóvenes que marcan tendencias, que llevan vidas alternativas y ganan mucho mejor que los habitantes anteriores. Los estudios de tatuajes se encuentran con los talleres artísticos, que se entrecruzan, a su vez, con centros de yoga. En la noche, la vida nocturna se apodera de los pequeños bares y cafés.
Compras alternativas: Pequeñas boutiques y algunas tiendas diminutas, todas ellas repletas de moda joven y extrovertida, flanquean las calles del barrio y reciben a hipsters y alternativos por igual. Aquí se venden desde camisetas impresas hasta muebles construidos artesanalmente.
Turismo arquitectónico: Gràcia alberga dos de las obras más dignas de ver del arquitecto Antonio Gaudí. Casa Vicens, en la calle Carolines, fue la primera casa modernista diseñada por Gaudí y es de propiedad privada, por lo que solo puede visitarse con un guía. Sus paredes de un rojo carmín intenso, sus pequeños azulejos de colores y sus finas puertas son símbolos distintivos del artista catalán. Cerca de allí se encuentra el parque Güell. No solo vale la pena visitarlo por su arquitectura y el precioso parque, sino también por la espectacular vista de Barcelona que puede disfrutarse desde las alturas.
Noche alternativa: Música en vivo, lecturas, presentaciones cinematográficas, exposiciones o simplemente salir de fiesta. En Gràcia, las modas hipster y bohemia se encuentran cada noche en los clubes y discos más de moda (El Coleccionista, en calle Torrent de les Flors) y bares como Vinil Bar (calle Matilde).
Aquí, en El Raval, cobra vida el distrito rojo de Barcelona. La gentrificación ha atraído a muchos bares y galerías hacia la parte norte del barrio, cautivando público nuevo cada noche. La parte sur alberga el barrio con sus calles y callejones entre dos luces.
**Shopping Vintage: **El Raval es la meca vintage de Barcelona para fashionistas y creadores de tendencia. Desde simples prendas de segunda mano a precios de mercados de pulgas, hasta tiendas especializadas en modas o épocas individuales; aquí se puede encontrar de todo. Recorriendo con tiempo y buen ojo pueden encontrarse verdaderos tesoros. Las disquerías también tienen lo suyo, como las de Carrer de la Riera Baixa.
Mercados culinarios: La Boquería, en el paseo de La Rambla, es el mercado más grande de Europa y, como tal, ofrece todo lo que uno pueda desear. No solo cautiva a turistas, sino que también los residentes locales hacen sus compras de la semana aquí. La regla es simple: mientras más temprano, mejor. Temprano en la mañana es cuando el mercado está más vacío y todavía se encuentran columnas de tomate Monserrat y cestos repletos de caracoles, gambas, mariscos y otros escaparates que vale la pena ver sin tener que pasar por una multitud de personas. Quienes no desean cocinar ellos mismos, pueden probar las especialidades catalanas en los distintos bares del mercado y sus alrededores.
Galerías modernas: Entre el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) y las galerías, como la Nogueras Blanchard, el norte del barrio se ha convertido en un vigoroso escenario del arte moderno. Las exposiciones consisten en arte audiovisual e instalaciones de artistas catalanes, aunque también se representa a estrellas del ambiente artístico. Durante los vernissage, muchas veces se celebra hasta altas horas de la noche.
Multicultural: En las calles del barrio se oye una gran variedad de idiomas, desde indonesio y rumano hasta árabe. Casi el 50% de la población consiste en migrantes que llegan de todas partes del mundo y le otorgan ese carácter multicultural propio a El Raval.
Como consecuencia de las reformas estructurales realizadas para los Juegos Olímpicos de 1992, este antiguo barrio de pescadores pasó de ser un área calmo y tranquilo a ser el famoso distrito de Sant Martí, un espacio moderno, urbano, con un puerto olímpico y playas de varios kilómetros de largo. Aun cuando muchas de sus instalaciones están dirigidas a turistas, el barrio ha sabido conservar su encanto original. Sus pequeñas pescaderías y restaurantes deleitan a todos con deliciosos platos con frutos de mar y pescado.
Turismo histórico: El Monumento a Colón está emplazado exactamente en el sitio en el que Cristóbal Colón atracó su barco en 1943, después de regresar de América. Decorado con ocho estatuas de leones, este espectacular tributo representa diferentes momentos del viaje de Colón. En lo más alto se encuentra una pequeña plataforma de vistas panorámicas en la que se puede apreciar La Rambla en todo su esplendor. El Museo de Historia de Cataluña, situado en Place Pau Villa, cuenta la interesante historia de la región, desde el trajín diario del medievo hasta los acontecimientos políticos del pasado reciente.
Paseo marítimo y fiesta de lujo: Ver y ser visto: a lo largo del paseo marítimo (Passeig Marítim de la Barceloneta) se encuentran varios bares y bistrós que, a altas horas de la noche, apartan sus mesas y sillas y se transforman en estupendos clubes nocturnos que atraen al público más chic.
Cocina mediterránea y pescaderías: Quienes desean comer en la Barceloneta encontrarán muchas opciones en los locales más tradicionales. Restaurantes como Kaiku (Plaça de Mar) sirven clásicas recetas con pescado que incluyen un toque moderno especial. La decoración del lugar es más bien simple, con sillas de plástico y manteles de papel, pero la cocina es verdaderamente exquisita.
La montaña de Montjüic está repleta de parques y jardines, y siempre presenta una temperatura un poco más baja que la de la ciudad. Durante el verano, muchos locales y turistas hacen picnic en su cima mientras disfrutan de las espectaculares vistas sobre la ciudad de Barcelona. También se encuentran aquí varios museos con interesantes exposiciones. En la noche, el barrio cautiva a los amantes de la noche, que se quedan hasta la madrugada en sus clubes y discos.
Arte moderno: Otorgando un nuevo valor al edificio de una antigua fábrica textil, CaixaForum ha abierto sus puertas aquí hace varios años. Además de una exposición constante de impresionantes obras de arte moderno, los visitantes se ven cautivados por las más increíbles exposiciones itinerantes. Cerca de allí, la Fundació Joan Miró invita a admirar más de 5000 trabajos de pintores, gráficos y escultores catalanes.
Cultura sobre ruedas: La calles que llevan a la cima del Montjüic son, en parte, muy empinadas para recorrerlas en bicicleta, por lo que solo se recomienda a quienes tienen experiencia. Para el resto de los turistas que no quieran hacer el recorrido a pie, el funicular que sale de la estación Paral-lel es la respuesta. Una vez en la cima, pueden visitar el parque de esculturas de los jardines de Joan Brossa, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el jardín botánico y las instalaciones olímpicas, mientras disfrutan de una espectacular vista.
Vida nocturna: Un paraíso para los amantes de la noche. Los pies de la montaña de Montjüic albergan una gran variedad de bares, clubes y discos. Bajo una luz tenue, el Bar Rouge recibe a un público variado, que incluye personas de medios, artistas y periodistas. Uno de los clubes más famosos es el encantador La [2] de Apolo (calle Nou de la Rambla).
Cataluña: Desde finales de los años setenta, la costa noreste de España ha sido declarada una Comunidad Autónoma. Un hecho de gran valor para los residentes de Barcelona. La lengua catalana, prohibida en los tiempos de Franco, es hoy un idioma oficial junto con el español.
Modernismo catalán: El modernismo tiene una gran influencia en la imagen de Barcelona y en sus extraordinarios estilos arquitectónicos y artísticos. Los edificios gaudianos, construidos a principios del siglo pasado, le dan una apariencia única a la ciudad. Esta es la ciudad europea con más construcciones en estilo moderno, con obras entre las que cuenta la Sagrada Familia, aun en construcción.
Gentrificación histórica: Barcelona logra fusionar la gentrificación y la manutención de los espacios históricos como ninguna otra ciudad. A pesar de las fuertes iniciativas de modernización, cada uno de los barrios de la ciudad ha logrado mantener su carácter y esencia. Han surgido muchos nuevos centros, como la parte norte de El Raval, que se caracteriza por tener un encanto propio.